lunes, febrero 14, 2005

La teoría de la relatividad cumple 100 años

En 1905, un desconocido empleado de la oficina de patentes de Berna, Suiza, concibió, en charlas con un compañero, Michele Besso, una nueva forma de analizar la naturaleza de la luz y revolucionar así el estudio de la verdadera naturaleza del tiempo. Hasta entonces, las leyes de la física prescribían que la veloci dad de la luz variaba según el movimiento de quien la midiera. Así, un cuerpo en reposo registraría una velocidad diferente a la de la luz, de un cuerpo que, hipotéticamente, se moviera a la misma velocidad de ella, 300.000 kilómetros por segundo.Al empleado, de aspecto desprolija y de sólo 26 años, no le encajaba mucho esta idea y, matemáticas mediante, se propuso rebatirla. El resultado fue nada menos que el de la famosa teoría de la relatividad especial. Estableció que la velocidad de la luz será siempre la misma, sin importar la velocidad de quien la mida. Lo que se detiene, en cambio, es el tiempo. Como explicó a Clarín el secretario de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacio nal de La Plata, doctor Horacio Alberto Falomir, "el aporte es el de describir qué ocurre cuando las velocidades son altas. Su fundamento es que la velocidad de la luz es siempre la misma sin importar el movimiento del observador." Se llega así al principio de la relatividad especial, por el que las leyes que rigen a los fenómenos físicos no dependen de los sistemas de referencia que utilicen quienes las estudian. Acorde con esta teoría, si alguien logra alcanzar la velocidad de la luz no podrá afirmar, como antes, que la luz se detiene; lo que se ha detenido es el tiempo pues avanza muchísimo más rápido que de costumbre. La velocidad de la luz sigue constante, pero el tiempo se detiene porque quien recorre la misma distancia demora mucho menos para llegar a su destino que si lo hiciera a una velocidad menor.A partir de este postulado, Albert Einstein, el joven científico que trabajaba en la oficina de patentes, desarrolló la conocida ecuación e=mc2 (energía igual a masa por velocidad de la luz al cuadrado). Según el director del Departamento de Física de la Universidad de Buenos Aires, doctor Diego Mazzitelli, "Einstein dedujo que era posible la conversión de masa en energía. Así, se pudo entender todo lo relacionado con energía nuclear, que fue aplicada después, tanto para usos pacíficos como para usos bélicos." Para publicar estas conclusiones, en 1905 Einstein envió a la revista alemana Annalen der Physic" un artículo que tituló "Sobre la electrodinámica de los cuerpos en movimiento". En 1919, la Royal Society británica se encargó de inmortalizar al desconocido científico anunciando la veracidad de los principios contenidos en el artículo, claves para el desarrollo de la energía nuclear. Esos principios permitirían formular en 1915, de la menos célebre teoría de la relatividad general, que incluye el análisis de fenómenos gravitatorios.La contribución de la relatividad no es, sin embargo, la única que hizo Einstein a la humanidad en 1905, quizá el año más prolífico de su actividad científica. También tuvo tiempo de ocuparse, entre otras labores, de aclarar los fundamentos de la mecánica cuántica, sin los que no hubieran podido concebirse inventos como la tevé, la computadora, Internet y los rayos láser, entre otros. Como afirmó Mazzitelli: "Toda la electrónica tiene como base científica la mecánica cuántica, que no hubiera podido desarrollarse sin las contribuciones esenciales de Einstein en sus trabajos sobre el efecto fotoeléctrico".

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